martes, 11 de mayo de 2010

CONCEPTUALIZACIÓN DEL PROYECTO

CONCEPTUALIZACIÒN
Segun un estudio realizado por la Javeriana, la tutoría, entendida de manera genérica implica el acompañamiento que toda persona necesita al adelantar cualquiera de los procesos de desarrollo existencial. Los orígenes del término y de las acciones que implica, se remontan a la antigüedad.
Córdoba (1998) relaciona el concepto de tutoría con el genérico de tutela, y con el concepto clásico de curador (cuidador). Se refiere entonces al tutor como quien ejerce el papel de “defensor, protector o director en cualquier línea. Así mismo la tutela o tutoría se confiere para curar (cuidar) de la persona y los bienes de aquel que por minoría de edad o por otra causa, no tiene completa capacidad civil.” En este sentido encontramos el papel del tutor en el maestro de la antigua Grecia, concretamente en la mayéutica socrática. Sin embargo, se han situado sus inicios, sus raíces y la tradición que ha conformado su práctica actual en la universidad medieval.
Doherty (2002) se refiere a que en el periodo medieval, en la Universidad de Oxford, cuando los escolares, hombres jóvenes, eran admitidos en la institución para ser formados como “hombres de carácter, conocimiento y religión”, esto implicaba que se les inculcara el comportamiento, las reglas de vida y las ideologías propias de los hombres prominentes de la Inglaterra medieval.
Sin embargo durante el siglo XIX la idea de un tutor moral comenzó a cambiar y a ejercer un papel más académico. El papel del tutor se refería a “enseñar a los estudiantes cómo usar sus mentes. A enseñar cómo pensar, no enseñar qué pensar” (Moore, 1968, citado por Doherty, 2002).
El modelo inglés de tutorías ha servido de patrón para la aplicación de esta estrategia en muchas otras universidades del mundo. El papel del consejero académico a manera de tutor en muchas de las universidades norteamericanas es una muestra de ello, y conduce a que tanto el tutor como el estudiante, encuentren las mejores alternativas para conseguir el más elevado nivel de formación.
Existen varias estrategias para desarrollar el programa de tutorías, entre las cuales Argüís et al. (2001) destacan:
La tutoría de grupo, en la cual el profesor-tutor ayuda a los alumnos en la orientación del currículo y en la participación activa en el centro educativo. Él colabora con los profesores que intervienen en el grupo de alumnos y aporta a cada uno de los profesores del grupo la información necesaria sobre cada alumno y grupo.
Algunos modelos genéricos de tutoría son expuestos de manera esquemática por Hock, M. & Pulvers, K. (2001), y a partir de esta clasificación pueden verse algunas implicaciones de la aplicación de tutorías en medios educativos; sostienen los autores:
Las contradicciones permanentes que resultan de la relación entre tutoría y los programas tutoriales postescolares generan múltiples problemas. Primero, existe el problema de la definición del modelo tutorial. Algunos autores describen la tutoría como la situación ideal de enseñanza debido a que incluye la instrucción uno-a-uno en los contenidos y las habilidades presentadas por el tutor.
Bloom (1984), referenciado por Hock & Pulvers (2001) sostiene que la tutoría uno-a-uno constituye una excelente oportunidad para docentes muy habilidosos, que enseñan destrezas, estrategias y contenidos de conocimientos a un solo estudiante. Sostienen además, que las oportunidades que presenta la tutoría uno-a-uno pueden optimizar el impacto de una variedad de técnicas y prácticas de instrucción validadas tales como la instrucción directa, modelación tutorial de conductas de pensamiento y solución de problemas, soporte y sustentación de habilidades y estrategias de estudio y suministro de retroalimentación inmediata, positiva y correctiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario